Presentación del libro en Mar del Plata

     El sábado 7 de octubre presenté "El Portador de La Luz". Lejos de ser un día "soñado" o "ideal" fue un lindo momento, pero solo eso ya que las condiciones estaban lejos de ser las mejores. ¿Por qué? Les explico a continuación. 
    

    Me pareció raro que a dos semanas de la Feria del Libro en Mar del Plata no había ningún tipo de actividad en las redes sociales de la misma, o que nadie anunciara nada. De la manera más extraña fue que me enteré de lo que estaba pasando. 
    

    Un compañero de gimnasio de mi madre que trabaja en el lugar dónde se hizo la Feria del Libro durante unos años, le decía que era imposible que presentara mi libro en ese lugar, ya que estaba en remodelación y que no se podía usar. Creo al día de hoy que jamás se volverá a usar.
    

    Ahí es cuando me tomé la molestia de preguntar, y me enteré de todo el desorden que estaba sucediendo. 
    

    Para el que no conoce Mar del Plata, le explico que la ciudad y la mayoría sus habitantes no tienen mucho interés en la cultura. Si existe bien, y si no existe "no hay problema". Es por eso que cuando se cerró la parte de "Cultura" por la culpa de unos inoperantes, en lugar de salir a defender la institución por la gente que sí labura bien, el ciudadano dijo "Ok, está bien que la cierren, ¿Total que hacen?". 
    

    Fueron unos días de recibir mensajes en plan "Se hace la feria" "No se hace la feria" "Tal vez no se hace la feria pero algunos eventos si" "Che tal vez se hace en la biblioteca, si, la que lleva cerrada hace años" y todos mensajes de esa índole, mientras el día se acercaba y la editorial no podía hacer la grafica del evento porque no había lugar, en fin, a mi parecer fue todo una vergüenza. Más aún enterarme que una vez se anunció el lugar, los bibliotecarios empezaron a hacer protestas ya que la biblioteca cerró en la pandemia y no la volvieron a abrir hasta este momento. Supongo que ahora con el fin de la feria volverá a cerrarse hasta quien sabe cuando. 
    

    Se anuncia la feria con la mentira de que "habían elegido una sede especial" y del anuncio a la presentación solamente una semana y hacer todo a las apuradas. Por suerte tengo 31 años y sé lo que es esta ciudad, sino estaría escribiendo estas palabras con el corazón roto ya que todo sueño respecto a una presentación de libro se encargaron de enterrarla con tanta inoperancia. 
    

    En ningún momento la Feria del Libro utilizó la imagen promocional de la editorial, mi foto de autor, ni nada. Apenas una pobre mención en el boletín de eventos. Me comuniqué con ellos, ya que era la tercera vez que participaba, preguntando si necesitaban información mía o algo para aparecer en su Web y hasta el día de hoy no recibí ninguna respuesta. 
    

    En ningún momento hubo trato por parte de los organizadores conmigo, ni una mínima atención. ¿Notas? Olvídate. Me enteré inclusive por un conocido que el día de mi charla fue gente a protestar porque vieron que mi apellido es el mismo que el Intendente y pensaron que era el Intendente quien daba una charla. 

    Sí, así de ridículo todo. 
    

    A pesar de todo esto tan negativo, rescato lo positivo. 
    

    La Editorial Urano que hizo su trabajo de manera excelente y de la gente de Libros de La Arena, con Malena al frente organizando todo para que la presentación saliera lo mejor posible. 

    Agradecimiento especial a Giselle de Libros de La Arena que le invitó la cena a nuestros seres queridos, luego de que los inoperantes de la Feria luego de volver loca a Malena con el tema de la "cena de celebración" salieran con excusas para ni siquiera tener que aportar para una cena con las personas que tuvieron que soportar todas las frustraciones que nos otorgaron. 
    

    La charla que salió bien, pero hubiera salido mejor si a un imbécil (y estoy siendo amable) no se le hubiera ocurrido mejor idea que poner una banda tocando música al aire libre al lado del vidrió donde estaba haciendo mi presentación. 
    

    Mientras Male presentaba como podía, tapada por el ruido, le escribí a un conocido "Por favor, decile que corten la música" y me escribió "no puedo hacer nada".
    

    Por suerte, se tomaron un descanso a los pocos minutos de empezar la presentación y no tuvimos que estar gritando como unos salvajes. 

    No tuvieron suerte los que si se vieron completamente interrumpidos por estos músicos en sus charlas y hubo un día que fue un Coro a interrumpir más charlas. 
    

    Obviamente ni los músicos ni los del coro son culpables, culpables son los que creen que podés meter todo junto en una semana pisando el esfuerzo de otras personas. 
    

    Quiero agradecer desde el fondo de mi corazón a mi pareja que tuvo que soportar mis quejas ante tanta inoperancia. 
 

     Ejemplo: 
-Jodeme que ese ruido viene de la Biblioteca. 
-No, no creo -dijo Rocío con una sonrisa de preocupación. 
Hernán y Rocío llegaron a la feria, donde en el playón estaban unos músicos tocando. 
-Bueno, tal vez frenan con tu charla -dijo Rocío, rogando que así sucediera por dentro, porque estaba cansada de escuchar que cada cosa que Hernán decía que iban a hacer mal se estaba cumpliendo. 

    Gian, Stefi y Male fueron unos genios. Sofía de Urano y su pareja armaron todo y la presentación por nuestra parte fue buena. El aplauso es para la gente que llenó la sala y estuvieron atentos a cada una de las preguntas y respuestas, a todos ustedes les estaré eternamente agradecido. 

    

    Pensé en no escribir este posteo, pero de verdad me tiene cansado tener que lidiar con la irresponsabilidad de la gente que ponen a cargo de estas cuestiones. En empresas privadas, más de uno ya hubiera sido despedido hace un tiempo ya por tal falta de interés. 
    

    Y me hubiera gustado que fuera la primera vez que pasa, pero cuando presenté Senda Sangrienta se habían equivocado el horario de la charla, la duración. 
    

    En fin, aquí esta mi pequeño descargo, deje la versión más linda en mi posteo de Instagram, pero ya que este es mi blog y no un institucional decidí compartir con ustedes todo lo malo que lleva ser un autor en una ciudad que parece creer que "Cultura" es solo tener un pequeño pedazo de playa pública. 

   

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