Otro día de feria

Invitado por la gente de Urano para conocer en persona al tremendo staff y estar presente cuando hicieran las presentaciones de los libros que están por sacar, volví a la Feria Internacional del Libro.

Al igual que el año pasado, los horarios de trenes no me ayudaban, así que tuve que volver a sacar pasajes de micro, que siguen con el cuento del Covid para no tener café o jugo, mucho menos unos alfajores de cortesía para acompañar con el café.

El reloj marcaba 02:00 A.M. del día domingo, cuando me senté, escuché una entrevista de La Negra Vernaci a Mariana Enríquez y luego procedí a dormirme, despertar en la ruta oscura, un poco adolorido de una posición incómoda y luchar por dormir de nuevo hasta llegar a retiro a las 07:00 A.M.

Podré quejarme de la falta de atención arriba del transporte, pero de algo que no me puedo quejar es de la puntualidad que están teniendo.

Bajé en la terminal de noche y me tomé un taxi para ir al departamento de Elo, amigo y colega escritor que se ofreció a darme un lugar donde quedarme durante el transcurso del día y hasta que llegara la hora de tomarme el micro de regreso a Mar del Plata.

Al ingresar me encontré con Rufián, un gato grandote que maúlla cuando lo llamas por el nombre y te mira con ese elegante desdén que tienen los gatos. Rufián tiene una hermana llamada Galleta que me prestó poca atención y se la pasó tirada en el balcón bañada por la luz del sol mientras nos poníamos al día con Elo y esperábamos que abriera un café que se adjudica la creación del "Sandwich de Pavetta".

Fuimos los primeros en ingresar una vez abrieron sus puertas y pedimos algo para desayunar mientras hablábamos de libros, talleres literarios, etc.

Luego volvimos a la "Elocueva" y nos acompañó Rocío, la pareja de Elo que se llama como mi pareja. Tomamos mates, hablamos de libros, de los horrores de la dictadura, de escribir y de la feria.

Al mediodía partimos al destino, pero antes nos desviamos para ir a Wendys, ya que al ser de Mar del Plata siempre me pregunté sobre ese local de comida rápida.

En ese local nos encontramos con Brian Largo, amigo que me acompañó en la feria del año pasado. Nos pusimos un poco al día y luego encaramos para la FIL.

Elo que trabaja como prensa mostró su credencial y yo mostré la invitación para poder ingresar y recorrer ese tramo hasta los pabellones de colores rodeado de distintos tipos de personas.

Recorrimos los distintos puestos e intenté no prestar mucha atención al material que tenían exhibido,  me hice una promesa de no comprar más libros hasta no terminar con mi lista de pendientes y no quiero romper esa promesa.

Me encontré con gente que conocía en redes sociales como Maca (Soy Maca) que me regaló un pequeño bloc con una lapicera para poder anotar, algo que agradecí demasiado (me vino como anillo al dedo para mi viaje de regreso).  Conocí en persona a Meli Corbetto que siempre tuvo palabras amables y en persona es aún más amable. Ella es otra de las tantas personas que sufrió cuando la industria del streaming golpeó a su autora favorita con esas series insípidas que hacen de obras maestras de la literatura. Compartimos el dolor Meli. 

Saludé a Marisa Potes, una de las autoras marplatenses más prolíficas de la costa, que estaba presentando su nuevo libro. Nos reímos de que nos terminamos cruzando en Buenos Aires y no en nuestra ciudad, aunque ambos sabemos que nos cruzaremos en Mar del Plata cuando se haga la feria del libro.

A la tarde fui al evento que me llevó a la FIL y antes de que iniciara me encontré con Aldana (Plumys) que trabaja para la FIL, recomienda libros y tiene el mejor programa de Mar del Plata NerdvsGeek. 

La charla de Urano que dieron Leo Teti y Georgina Dritsos, fue increíble y me emocionó escucharlos hablar con tanta pasión de los autores con los que trabajan. 

Laura Purcell, Rebecca Ross, Jay Kristoff, Mary Mcmyne, Shannon Chakraborty mientras esos nombres iban apareciendo en la pantalla pensé  en lo afortunado que era al tener un contrato con ellos.

Como cereza del postre invitaron a Cris Acevedo (Todas Las Vidas de Eva Ki) autor nacional, para contar sobre el libro nuevo que está trabajando. Conocí a Cris el año pasado y siempre fue alguien que solo tuvo buenos consejos y palabras de aliento. Ojalá el año pasado nos encuentre en eventos juntos.

Terminó la charla y conocí en persona al staff de Urano con el que vengo hablando desde el año pasado y agradecerles en persona por la oportunidad brindada. Si antes me moría por sacar un libro con ellos, después de todo lo que sentí durante esa charla fue una reconfirmación de que mi primera novela, la que empezó todo este delirio de buscar ser un escritor, está en las mejores manos.

Terminada la charla partimos de la feria a un café que estaba cerca y luego volvimos a la casa de Elo donde pedimos una pizza y esperamos a que fuera la hora de partir.

Llegué a retiro media hora antes de la salida del micro y anoté unas ideas rápidas en el borrador que me habían regalado.

Luego me senté en mi lugar, me acomodé y escuché otra entrevista a Mariana Enríquez hasta quedarme dormido.

Llegué a Mar del Plata a las cinco de la mañana y luego de otro último viaje, finalmente me encontré abrazado a mi pareja, intentando lograr dormir por lo menos una hora antes de que la alarma sonara y tuviera que irme a trabajar.

Al igual que el año pasado, esto de la doble vida de Escritor / Empleado Comercio tuvo como resultado un día laboral con cansancio, frío y dolor de cuello.

Claro está, que al igual que el año pasado, lo hice con una sonrisa, sintiéndome un afortunado de estar viviendo todo esto.


Nos vemos luego. 



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